lunes, 16 de marzo de 2009

Oligarquía

democracia.
(Del gr. δημοκρατία).

1.
f. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno.
2.
f. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.

Éstas son las definiciones de la RAE para esa palabra: democracia. Una palabra cargada de esperanza que, en resumidas cuentas significa que el pueblo tiene el poder y eso, precisamente, es lo que tenemos en España ¿o no?

Cada cuatro años se celebran en España unas elecciones que nos permiten decidir quién nos va a representar, quién va a llevar el país hacia delante y a tomar las decisiones importantes; pero ¿realmente decidimos eso o solamente quién representará a quien las toma?

Últimamente las manos que llevan los collares de los perros están mucho más claras que nunca, se intuye claramente las sutiles manos de los que manejan los hilos en este país en el que mientras tengamos comida y entretenimiento, "pan y circo", nos da igual todo lo demás. Nadie se mueve, todos estamos contentos en nuestra falsa democracia en la que cuatro años, elegimos los partidos que nos van a representar, los que se supone que nos deben defender ante los intereses de los demás y velar por nosotros pues a nosotros nos deben el poder; pero, al final, lo único que importa es el dinero, y no hablo de su sueldo, que también lo pagamos nosotros, por supuesto, sino del que tienen los que de verdad mandan.

Con echar un vistazo a internet, pues la televisión y los periódicos están demasiado sesgados políticamente para que nos hagamos una idea de lo que de verdad pasa, podemos ver con claridad que el gobierno está controlado por las grandes empresas. Ellas son las que se están beneficiando de sus medidas contra la crisis, las que proponen nuevas ideas como el abaratamiento de los despidos y el congelamiento de los sueldos, de nuestros sueldos, las que reciben sus ayudas millonarias, pagadas con el dinero de todos, solamente porque no ganan tanto como antes, cuando todo estaba bien, el ladrillo subía y los que podían especulaban con la compra de viviendas, con la compra de algo que "nunca iba a bajar", de algo que es un derecho para todos, una vivienda digna. Era entonces cuando pedían que el estado no interfiriera en sus negocios, que dejase todo pasar y mirase para otro lado pues todo iba bien y ahora, que la gente se ha cansado no puede permitírselo y ellos no pueden seguir ganando piden las subvenciones, las ayudas, los cambios, en resumidas cuentas, el intervencionismo
.

Con todo esto, podemos ver que aquí, la democracia no existe o su definición está equivocada, el pueblo no tiene el poder, no cuenta a la hora de tomar decisiones y mucho menos a la hora de que las tomen supuestamente, por nuestro bien. En España, posiblemente, pues nadie podría afirmarlo con total seguridad, lo que tenemos es algo que hace tiempo definieron como "una forma degenerada de aristocracia". Esto es lo que nosotros tenemos:

oligarquía.
(Del gr. ὀλιγαρχία).
1.
f. Gobierno de pocos.
2.
f. Forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social.
3.
f. Conjunto de algunos poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio.

martes, 3 de marzo de 2009

Publicidad viral

Hace unos días que, en televisión, justo a la hora de comer o bien en la sobremesa, venimos presenciando algo realemente desagradable. Ya hace un tiempo que algunos dejamos de ver las noticias a esa hora por no aguantar las imágenes de muertos. Todos sabemos que las guerras, el hambre, y un sinfín de males más azotan al mundo, sin embargo, no creo que sea necesario ver todo tan explicítamente como nos lo hacen ver. Hace algunos años, ver la televisión a la hora de comer, enterarte de las noticias, no suponía ver un desfile de cuerpos mutilados o ensangretados en medio de una guerra y, si en algún momento decidían emitir alguna imagen avisaban de que podía herir la sensibilidad.

No obstante, no es ese el tema que nos ocupa, pues alguno puede decir que esas imágenes sirven para ayudar a concienciarnos sobre los problemas del mundo que nos rodea, para remover conciencias. De lo que hablamos es de algo mucho más banal, tanto que hacer que lo presenciemos parece un sinsentido y más, a la hora en la que lo emiten: un anuncio de publicidad.

Para quien no le apetezca ver algo que revuelve el estómago, resumimos en dos palabras: hombre vomitando. Algunos dirán que no es para tanto, que un hombre vomitando no molesta tanto como ver cuerpos diseminados sobre un llano de Irak o ver las imágenes del último atentado, por supuesto, en eso llevan razón, no es tan desagradable; solo que, uno nos conciencia sobre lo cruel que es el mundo y lo mal que están las cosas más allá de nuestras cuatro paredes, y el otro, solamente se encarga de llamarnos la atención en búsqueda de publicidad, lo que se llama publicidad viral.

Hoy en día, es bastante normal que lo utilicen las compañías pues es, posiblemente, la forma más barata de hacer publicidad y la que más clientes capta utilizando las herramientas disponibles en la actualidad, sobre todo internet: mediante blogs y redes sociales. Lo que parece más inadecuado es la forma en la que lo han hecho y lo desagradable que resulta para alguien que está comiendo ver a otro vomitando.

Sin embargo, y lo que más sorprende, es que en una sociedad que protesta por nimiedades como puede ser un bus ateo, que no hace daño a nadie o porque alguien diga una palabra que no debe en un momento dado, nadie mueva un dedo por retirar una campaña de publicidad que "nos tenemos que tragar" por más desagradable que nos resulte porque, a veces, ni te da tiempo a apartar la vista, y ya, no hablaremos del que todos sigamos en nuestras casas con lo que nos está pasando a nivel nacional y los diversos atropellos que estamos sufriendo, pues eso, lo dejaremos para más adelante.